Una mujer de 42 años casada y con 2 hijas, dedicada a la danza. Se siente agotada cada día desde hace ya mucho, pero mucho tiempo. Por más que descansa no se recupera completamente. Empieza a sufrir insomnio, siente presión en el pecho, ansiedad, irritabilidad, dolores de estómago y de cabeza, dolores musculares, trastornos gastrointestinales, siempre está baja de defensas de manera que está predispuesta a coger los virus que pululan en el ambiente. Tiene recurrentes infecciones de orina, padece síndrome premenstrual y endometriosis.
Esta mujer acude al médico para solucionar sus problemas y le recetan antibióticos, analgésicos, antiinflamatorios, antidepresivos, ansiolíticos, etc. Cómo todo esto no le soluciona sus problemas decide acudir a un psicólogo y más tarde a un psiquiatra. Le diagnostican diferentes trastornos mentales como TOC, hiperactividad y finalmente bipolaridad que ella no acepta como limitaciones. En un principio esto supone para ella tal peso que la lleva a aislarse de la vida social y se siente incapaz de llevar a cabo las tareas más simples del día a día y a tener constantes conflictos con algunos miembros de la familia que la tachan de quejica, caprichosa, vaga, una persona a la que solo le gusta llamar la atención con sus constantes malestares y hasta la etiquetan de hipocondríaca para quitar importancia a su malestar.
A consecuencia de ello, se vió obligada a dejar sus clases de baile. Un día, entró en una especie de “coma” que le duró 15 días, las voces del otro lado de la casa las sentía como si le estuviesen gritando y la luz le cegaba. Hasta que un 31 de diciembre, decide hacer acopio de toda la fuerza de voluntad que poseía y se levanta para celebrar la despedida del año con su familia. Y en ese momento, se promete a sí misma que esto no la va a tumbar. Comienza a estudiar e investigar formas de superar sus limitaciones para recuperar su salud mental, física y emocional. Al llegar el verano se marcha de vacaciones con su familia, aún con la mayoría de los síntomas acompañándola y habiendo comenzado a hacer cambios en su alimentación. Al entrar en una herboristería para adquirir alguno de los alimentos mantiene una conversación banal con la dependienta que le recomienda un libro que le podría ayudar. Ese libro habla de sus síntomas y de cómo lo cataloga la medicina alopática y la natural, aportando soluciones.
POR FÍN, una idea clara CANDIDIASIS CRÓNICA . Una nueva etiqueta, pero un montón de herramientas para enfrentarla a nivel de alimentación. La segunda PSICOTERAPIA TRANSPERSONAL para entender el origen y los efectos mentales, emocionales y espirituales que esta simple infección por hongos pero ardua de tratar puede provocar en nuestra forma de pensar, sentir y actuar.
La candidiasis crónica es una enfermedad causada por una levadura que vive en nuestra piel, aparato genitourinario y digestivo y por una serie de causas simples empieza a masificarse convirtiéndose en un peligro para nuestra salud.
La medicina convencional la diagnostica a través de un análisis de un alto coste (a través de clínicas privadas) y no la trata eficazmente. Se limita a recetar una serie de fármacos para aliviar los síntomas a los cuales no se les presta una atención como hilo conductor de una problemática, mientras la enfermedad va creciendo en silencio.
La solución para superarla engloba al ser humano como un todo, cuerpo, mente y espíritu y hay que tratarlos a todos con el mismo cuidado.
Detrás de esta candidiasis hay factores que nos predisponen a ella, igual que a cualquier otra enfermedad pero las enfermedades fantasma que no se ven pero que generan síntomas y somatizaciones pueden ser tan devastadoras como las que sí tienen un diagnóstico claro y son visibles, como en este caso.
Lo que predispone a la enfermedad a parte de la genética y la epigenética son una serie de creencias adquiridas desde la infancia que te dirigen hacia ese callejón sin salida.
Todas estas creencias predisponen al sobreesfuerzo, a adquirir responsabilidades y exigencias sobrehumanas y a poco tiempo para el ocio y hacer las cosas por disfrutar. Los que rodean a este tipo de personas como están acostumbrados a que sean fuertes y no decaigan fortalecen la creencia de que pueden con todo hasta que es la propia enfermedad la que decide parar a la persona.
Pasados 10 años de ello, esta mujer superó completamente la CANDIDIASIS CRÓNICA, se formó y ahora se dedica a ayudar a otras personas en sus procesos psico/emocionales.
Nunca olvida trabajar en sus creencias, cuidar de su alimentación y descanso para mantener a ralla esa autoexigencia y en algunos momentos dejar que la vida sea lo que deba de ser.
Sí, querid@ lector/a, ESTA ES MI HISTORIA.