Como bien sabemos los cambios casi nunca vienen como ni cuando los tenemos planeados, al contrario, no vienen solos y te ponen todo “patas arriba”, en ocasiones hasta llegan a desubicarte. Eso sí, siempre vienen acompañados de aprendizaje, transformación interna y de una maduración en ciertos o en todos los aspectos.
Después de un periodo de grandes cambios, de una transformación interna, de una maduración, de un recogimiento, de una enfermedad, llega el momento de empezar a “reinsertarse” con el resto mostrando y respetando tu nueva forma de pensar, sentir y actuar.
En este punto da comienzo un juego de equilibrio. Nos hemos transformado y esta transformación sale hacia afuera inevitablemente. Es como una fuente incesante de energía creativa, de ganas de aprovechar el tiempo, de vivir la vida, llena de ideas y proyectos para desarrollar y en todas las áreas de tu vida.
Pero no todo son maravillas, mientras este movimiento interno se produce, a su vez siguen sucediéndose influencias externas que pueden ser o positivas y actuar como un impulso o negativas y actuar como una carga.
Esto nos empujará con tanta fuerza que necesitaremos poner orden continuo a nuestros pensamientos, emociones y acciones, de lo contrario el caos se instalará y acabaremos sintiéndonos perdid@s.
El gran secreto para mantener ese equilibrio, bajo mi criterio y experiencia, es el ser minucios@ a la hora de acercarme o alejarme de situaciones y/o personas que me van a beneficiar o perjudicar. No tengas miedo ni preocupación por si tienes que estar redefiniéndote en cada situación hasta que des con el punto óptimo porque una vez que lo tengas todo se desarrollará de forma sencilla y natural.
También te diré que aquí no está todo hecho, la vida seguirá trayendo situaciones que amenazarán tu equilibrio. Y cuando creamos que lo tenemos por la mano volverá a traernos nuevos cambios y aprendizajes, pero cada vez estarás mejor preparad@.
A modo de reflexión me gustaría señalar un par de puntos que creo interesante tener en cuenta. El primero es que todo es cíclico y una vez se cierra un ciclo se abre otro, y el segundo es que cada ciclo, situación o persona viene a enseñarnos algo. Habrá veces que tendremos la sensación de que las situaciones se repiten, si esto ocurre es que aún no hemos aprendido lo que teníamos que aprender, por ello se nos volverán a presentar, manifestándose de distintas formas.
Como no es un proceso fácil, me gustaría dejarte por aquí unos tips o pasos que puedes seguir a la hora de encontrar tu punto de equilibrio.
Es un proceso de introspección y en el momento que ocurre el desequilibrio, es complicado hacer todo esto ya que, por la situación nos lleva. Hay que practicarlo y si no sale no hay que frustrarse, sigue intentándolo hasta llegar al punto de tenerlo por la mano y lo harás de forma automática.
En caso de que sientas que el ciclo se repite, no sabes cómo cerrarlo o no acabas de encontrar ese equilibrio o vives con “un caos” interno, puedo ayudarte y acompañarte en el proceso de identificación y solución de la situación que te impide sentirte tranquil@.
Estos son los comentarios de algunos de mis clientes a los que les ayudé en esta misma situación: