A lo largo de mi vida, he aprendido que todos los movimientos que ésta nos trae, son para toma conciencia y retarnos a enfrentarlos. Estas transformaciones o movimientos siempre vienen acompañados de un gran caos y dependiendo de cómo lo enfrentemos nos resultará más fácil o más doloroso de levar. Es un poco la ley de: «Una de cal y otra de arena».
Cuando no tienes un orden de prioridades te acabas viendo inmerso en este caos que he comentado y que está desconectado de ti mism@ y que se puede mantener en el tiempo.
Hay veces que no podemos reconocerlo como caos porque nos llegamos a acostumbrar a él y tiene un «orden» lógico, vivimos nuestra vida a expensas de los acontecimientos ajustando los deseos a éstos continuamente. Dicho de otra forma, vendía a ser algo como que los imprevistos te desvían de tu trayectoria continuamente. Esta situación trae consigo una gran tensión, estados de ansiedad, la sensación de que la vida te lleva, des estar perdid@, a priorizar las necesidades de los demás por encima de las tuyas, empujánote a la depresión, al miedo y/o a la parálisis.
Imagínate que tu vida es un ovillo de lana, donde hay un núcleo constituido por tu sueño, objetivo e ilusión, y éste ovillo se va enrollando sobre sí mismo hasta un cabo final, que representaría todas aquellas cosas que necesitas hacer para llegar al núcleo. Pues bien, si estiras del cabo y el ovillo está en orden, lo irás deshaciendo con seguridad y podrás hacerlo con cierta rápidez o ligereza, utilizando la energía necesaria y disfrutando de cada paso y del camino.
Ahora bien, si el ovillo está enmarañado, necesitaríamos mucho más tiempo y emplearnos con más atención y esfuerzo. Primero sentiríamos esa sensación de ¿por dónde empiezo? Lo que nos llevará a buscar el cabo, pero tendremos que tener paciencia porque sino no podremos dar con él, es similar a cuando intentamos pasar el hilo por el agujerito de la aguja, tenemos que hacerlo con paciencia.
Si no la tenemos, podemos llegar a desistir de la búsqueda abandonando todos aquellos sueños e ilusiones que se encuentran en el núcleo, o podemos llegar a improvisar un cabo cortando por algún lugar que tarde o temprano, causará tal enredo que o abandonamos o seguimos cortando y enredando todo de nuevo. Cuando esto pasa, nos agotamos por el esfuerzo que supone el ir encontrándonos en un callejón sin salida o nos habremos encontrado con tantos obstáculos que, al final del camino no podremos valorar positivamente el resultado.
Pero no te preocupes, no todo es negro en esta situación. Si ves el ovillo enmarañado lo primero que debes de hacer es sentarte, cerrar los ojos, respirar y reflexionar ordenando la situación y viendo qué cosas son las que corren más prisa o son más importantes, cuando vuelvas a abrir los ojos verás el cabo por el que empezar y así con cada paso.
Priorizar ayuda a estudiar cuál es el primer paso que dar y desvela los siguientes, ayudándonos a caminar por un sendero seguro. Es cierto que a veces en la vida hay que improvisar y que surgen cosas que no contabas con ellas, pero lo importante es que la improvisación no se convierta en la ley que rige tu vida ni la norma para vivir.
El orden es amor y el amor es felicidad, empezando por ti mismo@ y estendiéndolo hacia tus tareas, relaciones y sueños.
Si te sientes agotad@, frustrad@, perdid@, deprimid@, de buscar soluciones que parecen no llegar nunca, si para ti todo son imprevistos, ansiedad, inseguridad, nerviosismo, renunciar continuamente, si no sabes por dónde empezar o continuar o simplemente no sabes como salir de una situación que te abruma, puede que sólo necesites crear un orden de prioridades en el que puedas atender a lo demás sin desatenderte a ti.
No es un camino fácil y yo misma me he llegado a perder en ello y he cortado el cabo o he abandonado, hasta que he aprendido a cómo hacerlo. Si no sabes por donde empezar o se te hace un mundo, puedo ayudarte a coger conciencia y aprender cómo hacerlo, para que en un futuro únicamente tú seas el dueño de tus sueños y hagas lo posible para perseguirlos.